Hace treinta y tres años, en 1984, Anna Lee Fisher se convertía en la primera madre astronauta cumpliendo así su mayor sueño. 192 horas después pisó la Tierra y, aunque seguramente muchas cosas habían cambiado para ella tras esa experiencia, y a pesar de que solamente pasó ocho días allí arriba, la polémica que suscitó su decisión parecía recién salida de ocho siglos atrás. Fue cuestionada y criticada por “abandonar” a su bebé de nueve meses. Es decir, fue cuestionada y criticada por querer hacer bien su trabajo.
“Sí, tengo un bebé pero estoy aquí y voy a hacer mi trabajo”.
Anna reconoce no haber dudado prácticamente nada cuando su jefe le ofreció la Misión STS 51-A, pero confiesa que ocultó su embarazo todo lo que pudo pues no quería que la tratasen diferente o que esto interfiriera en la Misión. Solo dos semanas más tarde de traer al mundo a su pequeña, Anna se enteró de que iba a formar parte de la tripulación del Discovery.
Somos conscientes de que no necesitamos volar a galaxias de distancia para encontrar madres y mujeres de las que hablar, pero incluso a pocos km de distancia hoy, en pleno siglo XXI, se sigue cuestionando el papel de las madres que deciden cumplir sus sueños y trabajar por ellos. Figuras como la de Anna, que comparte apellido con la actriz que encarnó a la Princesa Leia (esto no puede ser solo una coincidencia), nos allanan el camino.
Decisiones y experiencias como la suya añaden una visión muy valiosa al actual debate de “cómo conciliar tu profesión con la maternidad”. ¿Es posible ser madre y ser astronauta? ¿Es posible ser madre y emprendedora? ¿O artista? ¿O sexadora de pollos?
Para nosotros no existe tal debate, la respuesta es demasiado obvia.
Ser madre es un sueño para muchas mujeres, pero cumplir ese sueño jamás debería aislarte de vivir la vida como la deseaste siendo una niña, cuando nada daba miedo, cuando eras capaz de todo.
No esperamos que lo dejes todo para unirte a la próxima Misión intergaláctica de la historia, pero sí animarte a que emprendas la Misión más importante de tu vida. La de atreverte, luchar, y no dejarte llevar por el “qué dirán”. No saben lo fuerte que puedes llegar a ser.